A veces nuestros padres creen que lo peor, lo que nos hace mas daño en la vida, lo que nos vulnerabiliza al punto de perder nuestra condición de persona, es el estado ideal para nosotros.
El punto no es perdonarlos o no, ni vivir bajo sus propias condiciones toda la vida, sino, al contrario, tratar de entender por qué cayeron en tal falacia.
Siempre creí que recordar me iba a despertar un único sentimiento : dolor; si lo reavivó pero, como dice Pilar Sordo: " el dolor siempre está, no podemos negarlo", también me sentí un apersona de vuelta, tengo fundamento, tengo voluntad, a veces recaídas, pero recordar me volvió la condición de persona que hace tiempo había perdido.
Lo más importante que recuperé o incluso, creé, porque creo que nunca la tuve, es la decisión propia, ahora soy yo la que toma el rumbo de mi vida, nadie me dice que hacer con ella, no existe más pedir permiso para vivir, yo elijo mi propio camino.
Por supuesto que la decisión propia viene acompañada de miedos, inseguridades, recaídas, pero la sensación de escoger uno mismo e incluso, equivocarse, por propia voluntad, es invaluable.
El otro día me acordé de un experimento medio extraño que hacia el Auschwitz porteño que constaba en "mandarnos" ( era obligatorio supuestamente) a una actividad de campo por tres días a una locación a las afueras de la ciudad.
Supuestamente la "actividad" era para integrarnos como grupo (ja) y para conocernos mejor ( onda secta).
Hacíamos actividades noñas y dormíamos en camas como en el ejército , incluso, la mía tenía un agujero ( hogar dulce hogar)
La comida era espantosa, recuerdo que nuestra tutora, una profesora de matemática sumamente fachista que en su mente nos tenia de mocositos de Palermo, nos dijo " la comida no va a ser como la de sus madres o abuelas, piensen que es comida para mucha gente", vieron la comida de hospital, bueno, de hospital psiquiátrico publico (puaj)
Ahora que recuerdo la mayoría del alumnado odiaba a esa profesora por suerte, a mi solo me tocó de tutora ( una mezcolanza entre psicóloga trucha que hace que le importa lo que le decís y te enseña educación sexual), pero tengo evidencias de como pofesora era mucha más insoportable.
Fue mi profesora de primer año de una materia o pseudo materia inutilísima llamada "taller de aprendizaje", se basaba en el "estudio" y comprensión del reglamento ( las reglas están para romperse) y básicamente de métodos de estudio.
Primer año fue jodido ( no el más jodido por cierto) y al tener que hacer un trabajo en grupo y yo sin compañeras, le pregunté si lo podía hacer sola, que me dijo, al mejor estilo fachista-pellegrinesco? : no, búscate un grupo.
Yo le tendría que haber contestado " y usted búsquese una mejor ginecóloga porque no deja de tener hijos, que onda con eso de ser una abeja reina, los vende por Internet?"
domingo, 5 de mayo de 2013
sábado, 4 de mayo de 2013
Falsa Confianza
Recuerdo muy pocos detalles de mi primer día en el colegio.
El centro de estudiantes, nos convocó a una "reunión" para decirnos todas las maravillosas acciones que hacían por esta institución.
Tenía doce años y muchos de inocencia y vulnerabilidad. Había pasado por una infancía digamos normal, con una sana neurosis y un complejo de "outkast" muy común para la sociedad en la que vivía.
Volviendo a lo importante, EL secundario, algo que me marcó y tuvo un impacto muy negativo en mi persona, no le hace justicia a su nombre.
En mi curso, como en todos, eramos bastantes, casi cuarenta alumnos, cuarenta adolescentes conviviendo cada uno con sus propios problemas, inquietudes, y angustias , apiñados en un aula como aves de corral.
Los pizarrones recuerdo que eran movibles, había dos, y cuando el profesor terminaba de escribir en uno, apenas comenzaba en el otro.
Creo que los recreos duraban quince minutos aunque no lo sé con exactitud, sólo recuerdo que cuando estaba en el ultimo piso, intentar bajar por las escaleras era casi imposible.
Generalmente, el niño hace una transición a la adultez, pasando por la adolescencia, ese período justamente de "puente", "conexión" o "unión" entre ambas etapas.
Los que íbamos a ese colegio, podría decirse que sí teníamos adolescencia, pero una completamente diferente a la que transitaban los demás pseudo niños, de Buenos Aires.
Por empezar, la manipulación ideológica para formar a los supuestos "líderes" del mañana, a mi parecer, era atroz.
Un ejemplo notable es el que expuse anteriormente en el que el primer día nos "encajaron" los preceptos solidarios del partido de cabecera del colegio.
Por otro lado, votábamos un "supuesto" centro de estudiantes, por lo cual nos llenaban la mente con pancartas y folletos y si bien no eramos ciudadanos , y lo único que queríamos era aprobar las materias y salir los sábados, estábamos obligados a votar a "alguien".
Por qué supongo tanto? Porque yo como alumna de ese colegio nunca me sentí ni identificada con el centro de estudiantes, ni sentí que había correlación alguna entre su definición etimológica y su accionar.
Es decir, un centro de estudiantes como tal tiene que preocuparse y/o ocuparse por su institución , este lo hacia en una medida mínima o inclusa nula, poniendo excusa que ayudaba a otros colegios o a la Universidad, diciendo "este colegio depende de la Universidad, nosotros somos la Universidad".
Eso nos lleva a otro recuerdo, el material de estudio. La Universidad siempre fue un pretexto o excusa para dar textos universitarios.
A los manuales correspondientes al secundario, he escuchado ser nombrados como "pavotextos".
Los docentes solían tener una arrogancia natural, pero, al contrario, no los culpo, creo que la misma era necesaria para sobrevivir en la trinchera de esa institución. Dar por sentado era normal, creer que el alumnado vivía solo para el colegio e, incluso, para el colegio, también.
Una profesora de educación física nos decía a unas alumnas y a mí " Yo no entiendo como se pueden llevar materias, si lo único que tienen que hacer es estudiar, tienen que trabajar, que mantener a una familia?"
Para responder a esta digamos, no sé, falacia, el hecho de no trabajar no es excluyente para aprobar el año, por otro lado, no le podíamos responder. ahí se pone en práctica una clásica táctica docente la "falsa confianza", es decir, el docente finje ser un igual, incluso un amigo, pero el alumno no puede refutarlo, criticarlo o indagarlo porque pondría en juego sus calificaciones.
El centro de estudiantes, nos convocó a una "reunión" para decirnos todas las maravillosas acciones que hacían por esta institución.
Tenía doce años y muchos de inocencia y vulnerabilidad. Había pasado por una infancía digamos normal, con una sana neurosis y un complejo de "outkast" muy común para la sociedad en la que vivía.
Volviendo a lo importante, EL secundario, algo que me marcó y tuvo un impacto muy negativo en mi persona, no le hace justicia a su nombre.
En mi curso, como en todos, eramos bastantes, casi cuarenta alumnos, cuarenta adolescentes conviviendo cada uno con sus propios problemas, inquietudes, y angustias , apiñados en un aula como aves de corral.
Los pizarrones recuerdo que eran movibles, había dos, y cuando el profesor terminaba de escribir en uno, apenas comenzaba en el otro.
Creo que los recreos duraban quince minutos aunque no lo sé con exactitud, sólo recuerdo que cuando estaba en el ultimo piso, intentar bajar por las escaleras era casi imposible.
Generalmente, el niño hace una transición a la adultez, pasando por la adolescencia, ese período justamente de "puente", "conexión" o "unión" entre ambas etapas.
Los que íbamos a ese colegio, podría decirse que sí teníamos adolescencia, pero una completamente diferente a la que transitaban los demás pseudo niños, de Buenos Aires.
Por empezar, la manipulación ideológica para formar a los supuestos "líderes" del mañana, a mi parecer, era atroz.
Un ejemplo notable es el que expuse anteriormente en el que el primer día nos "encajaron" los preceptos solidarios del partido de cabecera del colegio.
Por otro lado, votábamos un "supuesto" centro de estudiantes, por lo cual nos llenaban la mente con pancartas y folletos y si bien no eramos ciudadanos , y lo único que queríamos era aprobar las materias y salir los sábados, estábamos obligados a votar a "alguien".
Por qué supongo tanto? Porque yo como alumna de ese colegio nunca me sentí ni identificada con el centro de estudiantes, ni sentí que había correlación alguna entre su definición etimológica y su accionar.
Es decir, un centro de estudiantes como tal tiene que preocuparse y/o ocuparse por su institución , este lo hacia en una medida mínima o inclusa nula, poniendo excusa que ayudaba a otros colegios o a la Universidad, diciendo "este colegio depende de la Universidad, nosotros somos la Universidad".
Eso nos lleva a otro recuerdo, el material de estudio. La Universidad siempre fue un pretexto o excusa para dar textos universitarios.
A los manuales correspondientes al secundario, he escuchado ser nombrados como "pavotextos".
Los docentes solían tener una arrogancia natural, pero, al contrario, no los culpo, creo que la misma era necesaria para sobrevivir en la trinchera de esa institución. Dar por sentado era normal, creer que el alumnado vivía solo para el colegio e, incluso, para el colegio, también.
Una profesora de educación física nos decía a unas alumnas y a mí " Yo no entiendo como se pueden llevar materias, si lo único que tienen que hacer es estudiar, tienen que trabajar, que mantener a una familia?"
Para responder a esta digamos, no sé, falacia, el hecho de no trabajar no es excluyente para aprobar el año, por otro lado, no le podíamos responder. ahí se pone en práctica una clásica táctica docente la "falsa confianza", es decir, el docente finje ser un igual, incluso un amigo, pero el alumno no puede refutarlo, criticarlo o indagarlo porque pondría en juego sus calificaciones.
jueves, 2 de mayo de 2013
Cuando deje de ser una persona
Hoy vi en tan solo un minuto, como mi vida, o lo que quedaba de ella, se derrumbaba frente a mis ojos.
Había demasiada gente, tanta que ni siquiera habia lugar para respirar. No podia respirar, era asfixiante, era igual, no, era peor, porque yo había elegido estar ahí, a pesar de todo, como conté anteriormente, había llegado a un punto en el cual no podía diferenciar mis pensamientos de los de los otros, y eso es lo que me llevó a cometer errores, fracaso tras fracaso.
No sé como será estar muerta, pero estar muerta en vida es una de las peores sensaciones que me han
tocado vivir, y aún vivo.
A pesar de que tu corazón siga latiendo, de que tu cerebro siga funcionando, no eres más una persona, lo dejaste de ser desde que te arrebataron esa condición humana de tu "espíritu".
Si pudiera pedir un deseo, uno solo aunque sea, sería volver el tiempo atrás, a ese momento cuando dejé de ser una persona.
Había demasiada gente, tanta que ni siquiera habia lugar para respirar. No podia respirar, era asfixiante, era igual, no, era peor, porque yo había elegido estar ahí, a pesar de todo, como conté anteriormente, había llegado a un punto en el cual no podía diferenciar mis pensamientos de los de los otros, y eso es lo que me llevó a cometer errores, fracaso tras fracaso.
No sé como será estar muerta, pero estar muerta en vida es una de las peores sensaciones que me han
tocado vivir, y aún vivo.
A pesar de que tu corazón siga latiendo, de que tu cerebro siga funcionando, no eres más una persona, lo dejaste de ser desde que te arrebataron esa condición humana de tu "espíritu".
Si pudiera pedir un deseo, uno solo aunque sea, sería volver el tiempo atrás, a ese momento cuando dejé de ser una persona.
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