Recuerdo muy pocos detalles de mi primer día en el colegio.
El centro de estudiantes, nos convocó a una "reunión" para decirnos todas las maravillosas acciones que hacían por esta institución.
Tenía doce años y muchos de inocencia y vulnerabilidad. Había pasado por una infancía digamos normal, con una sana neurosis y un complejo de "outkast" muy común para la sociedad en la que vivía.
Volviendo a lo importante, EL secundario, algo que me marcó y tuvo un impacto muy negativo en mi persona, no le hace justicia a su nombre.
En mi curso, como en todos, eramos bastantes, casi cuarenta alumnos, cuarenta adolescentes conviviendo cada uno con sus propios problemas, inquietudes, y angustias , apiñados en un aula como aves de corral.
Los pizarrones recuerdo que eran movibles, había dos, y cuando el profesor terminaba de escribir en uno, apenas comenzaba en el otro.
Creo que los recreos duraban quince minutos aunque no lo sé con exactitud, sólo recuerdo que cuando estaba en el ultimo piso, intentar bajar por las escaleras era casi imposible.
Generalmente, el niño hace una transición a la adultez, pasando por la adolescencia, ese período justamente de "puente", "conexión" o "unión" entre ambas etapas.
Los que íbamos a ese colegio, podría decirse que sí teníamos adolescencia, pero una completamente diferente a la que transitaban los demás pseudo niños, de Buenos Aires.
Por empezar, la manipulación ideológica para formar a los supuestos "líderes" del mañana, a mi parecer, era atroz.
Un ejemplo notable es el que expuse anteriormente en el que el primer día nos "encajaron" los preceptos solidarios del partido de cabecera del colegio.
Por otro lado, votábamos un "supuesto" centro de estudiantes, por lo cual nos llenaban la mente con pancartas y folletos y si bien no eramos ciudadanos , y lo único que queríamos era aprobar las materias y salir los sábados, estábamos obligados a votar a "alguien".
Por qué supongo tanto? Porque yo como alumna de ese colegio nunca me sentí ni identificada con el centro de estudiantes, ni sentí que había correlación alguna entre su definición etimológica y su accionar.
Es decir, un centro de estudiantes como tal tiene que preocuparse y/o ocuparse por su institución , este lo hacia en una medida mínima o inclusa nula, poniendo excusa que ayudaba a otros colegios o a la Universidad, diciendo "este colegio depende de la Universidad, nosotros somos la Universidad".
Eso nos lleva a otro recuerdo, el material de estudio. La Universidad siempre fue un pretexto o excusa para dar textos universitarios.
A los manuales correspondientes al secundario, he escuchado ser nombrados como "pavotextos".
Los docentes solían tener una arrogancia natural, pero, al contrario, no los culpo, creo que la misma era necesaria para sobrevivir en la trinchera de esa institución. Dar por sentado era normal, creer que el alumnado vivía solo para el colegio e, incluso, para el colegio, también.
Una profesora de educación física nos decía a unas alumnas y a mí " Yo no entiendo como se pueden llevar materias, si lo único que tienen que hacer es estudiar, tienen que trabajar, que mantener a una familia?"
Para responder a esta digamos, no sé, falacia, el hecho de no trabajar no es excluyente para aprobar el año, por otro lado, no le podíamos responder. ahí se pone en práctica una clásica táctica docente la "falsa confianza", es decir, el docente finje ser un igual, incluso un amigo, pero el alumno no puede refutarlo, criticarlo o indagarlo porque pondría en juego sus calificaciones.
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