Lo absurdo de no poder ser dueña de mi propio cuerpo, de no poder gritar, gritar la verdad hasta quedarme sin voz. Llego al límite de la exageración, pero es que siempre fui muy trágica. Ahora si dejo de escribir, me paralizo y muero.
Miraba su largo y rubio pelo y era tan perfecta y yo no era nada, fui nada durante mucho tiempo.Sólo números tenía para contar, estúpidas marcas rojas en hojas de papel. Es mucho más importante que sentir alguien o algo, eso creía yo. Pasaba tantas veces por allí, miraba como su alma pertenecía a otra y pensaba que era un desperdicio insoportable. Sin embargo, el parecía feliz .. hasta parecía completo, el era como una canción de cuna
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