Hace poco me volvió la sensación esa parte del pseudo enamoramiento en la cual uno piensa mucho en una persona que rara vez o nunca pero nunca piensa en uno.
Tengo un extraño sentimiento de culpa cada vez que pienso en alguien que no me quiere ni nunca me quiso.
Quizás porque en en el fondo, sé que estoy perdiendo el tiempo pensando en la nada, en algo o alguien que no existe, porque cuando veo a la supuesta persona dista de la que yo me estaba imaginando antes.
Uno de mis peores defectos es la insistencia, insisto e insisto hasta el hartazgo. Creo que ese hombre común que camina por la calle puede, no, es mi príncipe azul sin dudarlo, es perfecto, único, etéreo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario